Ucrania confirmó el lanzamiento de misiles de largo alcance ATACMS, proporcionados por Estados Unidos, contra la región rusa de Briansk. Este ataque marcó, según el gobierno ruso, una «nueva fase de la guerra», y Moscú respondió con amenazas, incluyendo la posibilidad de usar armas nucleares en situaciones específicas.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, acusó a Occidente de buscar una escalada en el conflicto al permitir el uso de estos misiles. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó un decreto ampliando las circunstancias en las que Rusia podría recurrir a armamento nuclear.
Mientras tanto, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski declaró que «Ucrania puede vencer a Rusia», aunque reconoció que el país podría necesitar esperar un cambio en el liderazgo ruso para recuperar los territorios ocupados. Actualmente, cerca del 20% del territorio ucraniano está bajo control ruso.
En el terreno, las fuerzas rusas avanzaron en el este, mientras que un bombardeo ruso en la región ucraniana de Sumi dejó al menos 10 muertos, incluyendo un niño. Ante la incertidumbre sobre el futuro apoyo militar de Estados Unidos debido a la posible llegada de Donald Trump a la presidencia, países europeos han expresado su intención de mantener el respaldo a Ucrania.
El secretario general de la OTAN y líderes europeos enfatizaron que no se puede permitir que Putin «se salga con la suya», advirtiendo sobre el impacto que tendría un fortalecimiento ruso en las fronteras de Europa.
Con información de Yahoo!
bvp