El estado de Texas propuso la cesión de un terreno de más de 500 hectáreas en el condado Starr, cercano a la frontera con México, para que la futura administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lo utilice como un centro de detención para migrantes indocumentados. La Oficina General de Tierras de Texas manifestó su disposición para alcanzar un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y habilitar el espacio como parte de las iniciativas de “procesar, detener y coordinar” deportaciones.
El terreno, ubicado junto al río Grande, fue adquirido por Texas en octubre con el objetivo de reforzar la seguridad fronteriza y construir más kilómetros de muro. Actualmente, la zona funciona como una granja productora de cultivos como cebolla, canola, girasol, maíz y soya, aunque no se ha especificado qué ocurrirá con estas actividades si se implementa el plan.
De manera simultánea, una nueva caravana de migrantes, integrada por al rededor de 5,000 personas provenientes de países como Venezuela, Colombia, Honduras, Ecuador, El Salvador y Guatemala, partió desde el sur de México con la intención de llegar a Estados Unidos antes de que Trump asuma el cargo el próximo 20 de enero. El grupo liderado por Douglas Bryan Velazquez, tiene previsto descansar en Huehuetán, Chiapas, tras recorrer más de 26 kilómetros desde su punto de partida en Tapachula.
La futura administración de Trump ya está evaluando posibles ubicaciones y contactando a empresas privadas del sector penitenciario para ampliar la capacidad de detención de migrantes. El presidente electo ha reiterado su promesa de realizar la mayor deportación masiva en la historia de Estados Unidos, dirigida a los más de 11 millones de personas sin estatus legal en el país.
Con información de Aristegui Noticias.
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