Demanda Colectiva Maíz trabaja para erradicar siembra de maíz transgénico.
La organización internacional Fundación Pax Natura “Paz con la Naturaleza” premió este lunes a la Demanda Colectiva Maíz en México en reconocimiento a su labor durante una década en la lucha contra la siembra de maíz transgénico proveniente de Estados Unidos.
“Ante las presiones de Estados Unidos contra México, este premio demuestra que sí es posible establecer y afianzar lazos de solidaridad, equidad y hermandad internacionales en defensa de los bienes comunes y la naturaleza y no de intereses económicos hegemónicos”, remarcó Mercedes López, representante de la Demanda Colectiva Maíz, ganadora del premio.
La fundación Pax Natura es una organización no gubernamental, con sede en Estados Unidos, que trabaja para promover la salud ecológica y el bienestar del mundo natural con diversas iniciativas.
Este premio de 20,000 dólares, otorgado en un evento en el Museo Franz Mayer a la comunidad de personas que decidieron defender legalmente el maíz nativo, respaldó la importancia de prohibir la siembra de maíz transgénico como una medida esencial para las generaciones futuras.
“Seguimos en la lucha, y no nos detendremos, para una alimentación sana y tradicional. Sí es posible detener a las empresas. Sí hay esperanza”, zanjó López.
Luisa González, ponente en la entrega de este premio, subrayó la importancia de la demanda colectiva en la continua defensa de la tierra y destacó que esta acción conjunta es una herencia milenaria de los pueblos originarios de América.
“El maíz es una planta sagrada de Mesoamérica y alimento de cada día. Es el elemento central de la forma de vida del pueblo mexicano”, expresó González.
Con un total de tres premios otorgados, Pax Natura busca destacar la importancia y el respeto que se requiere para detener la propagación de alimentos transgénicos.
La lucha contra los alimentos transgénicos
Ambientalistas expusieron que Estados Unidos no diferencia entre su maíz transgénico y no transgénico, lo que significa que las importaciones hacia México incluyen cultivos modificados genéticamente, una situación que genera descontento en muchas organizaciones medioambientales y alimentarias mexicanas.
Randall Tolpinrud, presidente de Fundación Pax Natura, enfatizó que la lucha se centra en la soberanía alimentaria y la justicia, no solo para el pueblo de México, sino también en la elección del valor nutricional por encima de las ganancias en nombre de todo el mundo.
“Es una decisión económica y no científica, para ganar más dinero, y el Gobierno de Estados Unidos no está haciendo nada para cambiarlo”, añadió.
Además, resaltó que una de las grandes falacias es creer que la producción de comida transgénica es la única manera de alimentar al planeta, ya que esto también afecta la salud de manera gradual.
“Europa ha rechazado la siembra de transgénicos, ahora es el momento de que lo haga Estados Unidos”, culminó.
Con información de EFE y Forbes.