A pesar de tener toques modernos, Mérida ha podido conservar su sabor colonial, lleno de luz y color en cada uno de sus rincones. Por la noche Mérida se transforma para deleitar a sus visitantes: pasear por el centro histórico en calesa, sentarse en la terraza de algún café al aire libre para contemplar las noches estrelladas, disfrutar de algún espectáculo donde mestizas y trovadores obsequian folklore y romanticismo en veladas llenas de música y poesía.
Mérida se caracteriza por su arquitectura colonial, de estilo sobrio, donde existen construcciones de techos altos y grandes ventanas (predominantemente en el actual Centro Histórico); pero sobre todo es reconocida por el color de la cantera, material propio de la región con el que fueron levantados muchos de sus edificios, que hace resaltar aún más la iluminación del sol, aspecto que le ha valido en nuestros días el sobrenombre de Ciudad Blanca, hecho apoyado también en la tradición de sus habitantes, mantenida por muchos años, de utilizar colores vivos para pintar sus predios.
La palabra «Mérida» viene del latín «Emérita», primer nombre de una ciudad fundada por los Romanos 25 años antes de Cristo en España y que se denominaba por su nombre completo «Emerita Augusta», por Augusto, el Emperador y por los «Eméritos» o soldados con que se pobló. De la antigua «Emérita Augusta» del imperio Romano son hijas la Mérida de Extremadura España; la Mérida de Yucatán México, y la Mérida de Venezuela.
Antes de la llegada de los españoles, este territorio era conocido por los mayas como T’ho, cuyo significado es «Cinco cerros», y tiempo atrás recibió el nombre de Ichcaanzihó, que quiere decir «cara del infinito». Sobre los vestigios de dicho asentamiento maya, la ciudad fue fundada el 6 de enero de 1542 por don Francisco de Montejo «El Mozo», quien la nombró Mérida porque las antiguas edificaciones prehispánicas le recordaron a las ruinas romanas que se conservan en la ciudad homónima de Extremadura, España.
El centro de la ciudad se reservó para la Plaza Mayor y se emplearon las piedras sagradas de los templos indígenas para construir las casas y edificios públicos para los conquistadores, tales como las Casas Reales y el Cabildo, así como los templos de la nueva fe cristiana, entre los que sobresale la Catedral de San Ildefonso.
Los Españoles tardaron casi 175 años en dominar a los indígenas, y lo hicieron en dos grandes etapas: Una la iniciaron en 1527 y después de dos intentos finalmente en 1547 lograron establecerse en el noroeste peninsular. La otra la principiaron a fines del siglo XVI cuando comenzaron a invadir el territorio comprendido desde la sierrita Puuc hasta el Petén.
Gonzalo Guerrero fue un náufrago español que luchó a lado de los mayas contra los invasores.
Según el libro del Chilam Balam, el primer mestizaje del que se tiene registro en la historia de México ocurrió en la zona que se conoce como Quintana Roo en 1511, luego de la llegada de los primeros europeos, víctimas de un naufragio.
En 1551 Diego de Landa alcanza la guardianía de Izamal, donde emprendió la gran obra de construir una iglesia cristiana y un convento de Franciscanos sobre las ruinas del Ppapp Hol Chac.
En 1734 se construye el edificio del Ayuntamiento.
En 1843, Yucatán fue ratificado como Estado Autónomo de la República, en l857 se le separó Campeche.