Los Caballeros Pobres son un postre típico de Yucatán hecho de pan francés sumergido en leche endulzado y frito, muy sencillo de preparar y bastante económico.
Hace muchos años este postre era tan popular que se podían encontrar en las tienditas de la esquina, en las reuniones familiares y aveces los podemos encontrar como parte del t’oox (Así se llama al postre que se sirve a los asistentes después de un rezo) en las novenas.
Este manjar está hecho a base de pan francés duro (con 2 o 3 días de haber sido realizado), para que pueda tener una consistencia sólida.
Tienen como antecedente las torrijas españolas que a su vez son unos de los dulces más antiguos de los que hay constancia, una de ellas remonta a el siglo IV-V, aunque en sus inicios era un platillo que se les daba a las mujeres recién paridas.
La receta mexicana de caballeros pobres es típica de la península de Yucatán, en México. Es una versión latinoamericana de las tostadas francesas o de nuestras torrijas, que testimonian la influencia europea en el país azteca.
La principal diferencia entre el caballero pobre y las torrejas o torrijas es que no se bate el huevo completo, sino que se separan las yemas de las claras, estas se baten hasta llegar al punto de un merengue espumoso, y luego se le agregan las yemas una a una, sin dejar de batir. Esta técnica se llama capear. El alimento (en este caso, las rebanadas de pan), se deben sumergir por completo en la mezcla e inmediatamente freírse en aceite bien caliente. El resultado se parece mucho al rebozado.
Si bien la base de esta receta es europea, la técnica del capeado es netamente mexicana, específicamente del sur, y con ella se preparan, o capean, pescados, verduras como berenjenas, coliflor o nopal, chiles rellenos o manías de cerdo. Y por supuesto, la receta mexicana de caballeros pobres, donde el capeado es dulce en lugar de salado. Por eso se considera un postre tradicional yucateco. Recomiendan utilizar pan duro y viejo.