Dos aviones de la Fuerza Aérea Colombiana aterrizaron en Bogotá el pasado martes, transportando a 201 ciudadanos deportados desde Estados Unidos. El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que un avión proveniente de San Diego, California, trajo a 110 personas, mientras que otro vuelo desde El Paso, Texas, trasladó a 91 más. Este operativo forma parte de un acuerdo diplomático alcanzado entre ambos países para evitar sanciones económicas y restricciones de visas anunciadas previamente por el gobierno estadounidense.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, había rechazado inicialmente el ingreso de aviones militares C-17 de Estados Unidos para el traslado de deportados, argumentando la necesidad de garantizar un trato digno y asegurando que los ciudadanos no debían ser tratados como criminales. Esta decisión provocó una reacción por parte del entonces presidente Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles del 25% a las exportaciones colombianas, incrementándolos a 50% en caso de no llegar a un acuerdo, además de cancelar visas y aplicar sanciones financieras.
Finalmente, el acuerdo alcanzado el domingo permitió superar la crisis diplomática, evitando un posible conflicto comercial que habría afectado la economía colombiana, la cuarta más grande de América Latina. En respuesta, la Cancillería colombiana expresó su disposición a recibir a los connacionales con dignidad y respeto por sus derechos.
Uno de los deportados, Andredy Alexander Barrientos, de 26 años, explicó que había permanecido 12 días en Estados Unidos en busca de una mejor estabilidad económica antes de ser repatriado.
Con información de Excélsior.
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