Aunque el uso cotidiano del hipil ha disminuido en Mérida y sus alrededores, sigue siendo común ver a mujeres luciéndolos en su día a día, aunque con modificaciones con respecto a los diseños del siglo XIX. Estos cambios incluyen bordados pintados en lugar de bordados a mano, así como hipiles más cortos y ajustados al cuerpo.
La evolución del hipil no se detiene ahí; incluso los grupos de baile regional han adaptado esta prenda para sus espectáculos dirigidos al turismo, incorporando cambios estéticos y colores que atraen a visitantes de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, estas modernizaciones no han logrado borrar la esencia tradicional del hipil, que sigue siendo un símbolo perdurable de la identidad cultural yucateca.
Además del hipil, el terno yucateco también desempeña un papel crucial en la representación de la identidad local. Compuesto por tres piezas clave: el fustán, el hipil y el jubón, este traje tradicional femenino es utilizado en ceremonias y fiestas como un símbolo de la rica herencia cultural de Yucatán.
A lo largo de las décadas, los hipiles han sido apreciados no solo por su comodidad y elegancia, sino también por sus elaborados bordados, realizados con diversas técnicas que reflejan la calidad y el valor de cada prenda. Estas prendas, que han resistido la prueba del tiempo, continúan siendo una expresión vívida de la identidad y la tradición cultural de la región yucateca.
