Estas cantinas son tan pequeñas que no requieren a más de un empleado. El cantinero es el lavaplatos que prepara las botanas, destapa las cervezas, asea los baños y conversa y da consejos a los parroquianos.
El Paisa está situado en calle 54 esquina con 67, a uno de los costados del popular mercado ubicado en el Barrio de San Cristóbal, fundado en el siglo 16. Algunos clientes conocen a este lugar como «La Basurita», ya que en ocasiones los verduleros y fruteros del mercado abandonan sus bolsas con cáscaras, tallos y hojas de los productos que desechan. El Paisa tiene espacio para nueve seres humanos ―cinco sentados y cuatro de pie―.
La clientela de este diminuto lugar está conformada por los trabajadores del mercado, me explica don Nico, el encargado de este lugar: «Aquí vienen los verduleros, los vendedores de pollo, los traileros, los carniceros; esos llegan con sus cuchillos y se emborrachan mientras los limpian con un trapo. También vienen profesores, enfermeros y jubilados que en su juventud se bebieron su primera cerveza aquí».